Santiago de Compostela tiene un «peligro» gastronómico: la zona que rodea la Catedral está minada de trampas para turistas. Restaurantes con fotos de paellas congeladas en la puerta y precios inflados. Por eso, cuando alguien me recomendó A Taberna de Cunqueiro, situada en pleno corazón histórico, fui con el radar encendido y cierto escepticismo.
¿Un sitio que lleva el nombre del gran Álvaro Cunqueiro (el mayor gastrónomo de las letras gallegas) estará a la altura de su legado? ¿O será puro marketing? Hemos ido a cenar, hemos probado su pulpo y su ribeiro, y aquí te cuento, sin pelos en la lengua, mi opinión sincera.
Puntuación Rápida: Mi Veredicto
| Categoría | Puntuación | Breve Opinión |
| Comida | 9/10 | Producto gallego honesto y muy bien tratado. |
| Servicio | 8/10 | Rápido, eficiente y con ese carácter gallego auténtico. |
| Ambiente | 9.5/10 | Una taberna de piedra y madera con muchísimo encanto. |
| Calidad-Precio | 8/10 | No es una taberna «de barrio» barata, pero la calidad lo justifica. |
El Ambiente y la Ubicación: Puro «Enxebre» Gallego
La ubicación es estratégica. Está en la rúa do Preguntoiro (o cerca de Platerías, dependiendo por donde entres al casco viejo), literalmente a dos minutos andando de la Catedral.
Lo primero que te golpea al entrar es el olor: una mezcla de pimentón, madera vieja y marisco a la plancha que te abre el apetito al instante. El local es lo que en Galicia llamamos enxebre: paredes de piedra vista, vigas de madera robusta y una decoración llena de referencias literarias y utensilios antiguos. Es ruidoso, sí, pero es ese ruido alegre de gente disfrutando. No es un sitio para una cena romántica silenciosa y a la luz de las velas; es un sitio para vivir Santiago.
Análisis de los Platos: Qué Comimos
La carta es una oda a la cocina tradicional gallega. Aquí no vengas buscando esferificaciones ni espumas. Aquí se viene a mojar pan.
1. El Pulpo á Feira (La prueba de fuego):
No puedes juzgar una taberna en Santiago sin pedir pulpo. El de Cunqueiro pasó la prueba con nota. El punto de cocción era perfecto: ni chicle ni puré, con esa mordida firme pero tierna. El aceite de oliva era de calidad y el pimentón tenía ese toque ahumado justo. Lo sirven en plato de madera, como mandan los cánones.
2. Zamburiñas a la Plancha:
Para mí, la estrella de la noche. A veces, en zonas turísticas, te dan volandeiras por zamburiñas o las pasan de cocción hasta que quedan secas. Aquí llegaron jugosas, marcadas lo justo en la plancha y con un majado de ajo y perejil que no mataba el sabor a mar. Sencillamente deliciosas.
3. Lacón con Grelos:
Como la noche estaba fresca (lo normal en Compostela), pedimos algo contundente. El lacón estaba desalado en su punto exacto y se deshacía. Los grelos, con ese amargor característico que limpia el paladar, acompañaban genial. Un plato reconfortante 100%.
El Servicio: Ritmo Frenético pero Controlado
El local estaba lleno hasta la bandera (algo habitual). Los camareros se mueven a una velocidad que marea, sorteando mesas con bandejas cargadas de tazas de vino. A pesar del caos aparente, nos atendieron rápido. No esperes una charla larga sobre la filosofía del chef; aquí el servicio es directo, pragmático y eficiente, muy al estilo de las tabernas de toda la vida.
Mi Experiencia Personal: El Detalle del Ribeiro
Aquí es donde A Taberna de Cunqueiro me ganó, más allá de la comida.
Llegamos con la idea fija de pedir una botella de un Albariño de etiqueta conocida y bastante caro que habíamos visto en la carta. Cuando se acercó el camarero, un señor de unos 50 años que se notaba que llevaba toda la vida en esto, nos miró y dijo:
«Si van a pedir el pulpo y las zamburiñas, háganme caso: déjense de botellas pijas hoy. Pidan el Ribeiro de la casa en cunca (taza blanca de porcelana). Es joven, entra solo y limpia la grasa del pulpo mucho mejor. Y encima se ahorran dinero.»
Me sorprendió esa honestidad. Podría habernos vendido la botella de 25€, pero prefirió recomendarnos la jarra de la casa que costaba la mitad porque le iba mejor a la comida. Y tenía razón: beber ese vino blanco turbio en la taza de porcelana fría fue la experiencia auténtica que buscábamos. Ese gesto de honestidad es lo que diferencia a un buen restaurante de una trampa para turistas.
Pros y Contras
Lo mejor (Pros):
-
Autenticidad: A pesar de estar en zona turística, la comida sabe a verdad.
-
La Decoración: El local es precioso y muy acogedor.
-
La ubicación: Perfecto para cenar después de ver el Botafumeiro.
Lo peor (Contras):
-
El Ruido: La acústica de la piedra hace que si el local está lleno, haya mucho jaleo.
-
El Espacio: Las mesas están bastante juntas. Si buscas intimidad, quizás te sientas un poco «apretado».
Preguntas Frecuentes (FAQ)
¿Cuál es el precio medio por persona en A Taberna de Cunqueiro?
Calcula unos 25€ – 35€ por persona para cenar bien con vino. No es el sitio más barato de Santiago (se paga la ubicación y el nombre), pero tampoco es prohibitivo. La relación calidad-precio es correcta.
¿Es necesario reservar?
Sí, rotundamente. Especialmente si vas en fin de semana o en temporada alta (verano/Semana Santa). El local tiene mucha fama y se llena rápido. Si vas sin reserva, intenta ir muy temprano (a las 20:00 h para cenar).
¿Tienen opciones vegetarianas/sin gluten?
Para celíacos es un paraíso: el pulpo, el lacón o los mariscos a la plancha son naturalmente sin gluten (¡ojo con el pan!). Para vegetarianos, las opciones son más limitadas: pimientos de Padrón, quesos gallegos (Arzúa-Ulloa o Tetilla con membrillo) y tortilla, pero la base de la carta es proteína animal.
Conclusión: ¿Vale la pena?
Si estás en Santiago de Compostela y quieres sentirte como un peregrino de hace un siglo comiendo en una posada de piedra, sí, vale mucho la pena.
Recomiendo A Taberna de Cunqueiro a: Grupos de amigos que quieren compartir raciones y risas, familias que quieren probar la gastronomía local de calidad y a cualquiera que valore más el sabor del producto y el ambiente rústico que el mantel de hilo fino.
Es un trocito de la historia gastronómica de Galicia que, afortunadamente, sigue cocinando con alma.